Ambos bandos están cansados de la conflagración bélica.Pero ninguno de los dos está dispuesto aún a hacer concesiones dolorosas que puedan conducir a un acuerdo de paz.Éste es un objetivo que sigue estando todavía muy lejos de ser alcanzado.
Ambas partes ven en la guerra de Ucrania una confirmación de sus divergentes supuestos tradicionales.Desde la perspectiva alemana, ha confirmado que Estados Unidos -incluso más que la OTAN- es el actor central para la seguridad de Europa y Alemania, y que la UE solo "hace contribuciones complementarias".
En materia de política de seguridad, París y Berlín deberían centrarse en seguir desarrollando la soberanía europea en el ámbito de la defensa.En concreto, podrían elaborar opciones de actuación en caso de que Estados Unidos redujera su papel en Europa.
El estudio sobre el Glaciar 70º Norte, publicado en la revista científica Nature Communications, sienta las bases de predicciones más precisas sobre el futuro de la capa de hielo de Groenlandia y el aumento del nivel del mar como consecuencia del calentamiento global.
Tenemos que estar preparados para la guerra en cinco años.Esto no significa que vaya a haber una conflagración bélica entonces, pero es posible.Al fin y al cabo, se trata de poder defenderse y de hacer así que el riesgo sea tan alto para el adversario, que decida no atacar.
Cuando la economía alemana estaba en pleno apogeo, el gobierno de turno rara vez acompañaba su destreza económica con liderazgo político, tanto en lo doméstico como en la Unión Europea.
Los políticos, los partidos y los medios de comunicación son vistos predominantemente con distancia o desconfianza por la ciudadanía.Las cifras de afiliación a los partidos establecidos se están desplomando y la circulación de los medios de comunicación establecidos está disminuyendo.
En los últimos años, la libertad de expresión ha sufrido en Alemania notables limitaciones.Al mismo tiempo se ha extendido por el país un perceptible ambiente de desconfianza, recelo y radicalización respecto a ciertos temas candentes (por ejemplo la gestión de la pandemia, la guerra ruso-ucraniana y ahora el conflicto de Gaza), así como una inquietante estigmatización social e incluso represión legal de opiniones “disidentes”
La voz de nuestro colega Omar Jerez es la expresión de un grito de auxilio airado, aunque también impotente, como la de todos los judíos que viven en Europa en estos tiempos.
Durante su gestión como canciller federal, Gerhard Schröder se lucró personalmente, comprometiendo a Alemania y su política energética en la adquisición de gas y petróleo rusos a bajo precio;una catástrofe que ahora pagan muy caro los contribuyentes, los sectores económicos y el gobierno de coalición del canciller Olaf Scholz.