Entre 1846 y 1851, Arditi y Bottesini pasaron largas temporadas en La Habana y algunas ciudades de los Estados Unidos, y las páginas del «Diario de la Marina» documentaron parte de sus presentaciones en público y del repertorio interpretado.
Cuando miro hacia atrás a esos conjuntos, en los que estábamos orgullosos de incluir artistas de primera clase como Steffenone, Bosio, Salvi, Geremia, Bettini, Badiali y Marini, todos los cuales lograron éxitos completos y brillantes en Europa más tarde, no dudo en decir que nunca, por el momento y el lugar, habría sido posible obtener representaciones operísticas más admirables que las de esta compañía en particular.
El Diario de la Marina es una fuente primaria en la que se documenta el trabajo creativo y performativo de Giovanni Bottesini (1821-1889) y Luigi Arditi (1822-1903) en Cuba y los Estados Unidos.La historiografía no ha utilizado esta fuente en la investigación de sus obras, incluso, para documentar el estreno de las más citadas: la ópera «Gulnara o El Corsario» de Arditi;
El "Diario de la Marina" es una fuente primaria en la que se documenta el trabajo creativo y performativo de Giovanni Bottesini (1821-1889) y Luigi Arditi (1822-1903) en Cuba y los Estados Unidos.La historiografía no ha utilizado esta fuente en la investigación de sus obras, incluso, para documentar el estreno de las más citadas: la ópera «Gulnara o El Corsario» de Arditi;
Teatro Provincial.Ópera en dos actos: I Pagliacci (Los payasos) de Ruggero Leoncavallo.(1857-1919).Carlos Palacios, regisseur-escenógrafo.Stella María Muller (vestuario).Eduardo Sívori (luces).Técnicos, músicos y artistas circenses varios.
Teatro Popular Melico Salazar.Ino Mirkovic, violín (Guarneri del Gesù, Cremona, c.1742).Milton Masciadri, contrabajo (C.G.Testore, Milán, 1690).Orquesta de Cámara de la Universidad de Costa Rica.Director titular: Luis Diego Herra.
El Angelus vino poco después.No fue expuesto.Se saben las extrañas vicisitudes de esta chef d’oeuvre que, vendida a 1.800 francos en 1859, al arquitecto Feydeau, después a M.van Praet, figuró en diversas colecciones, fue pagada 160.000 francos por M.
La obra de Lola Mora sigue siendo tema de múltiples interpretaciones, críticas y debates, y su figura, que ha inspirado también algunos cuentos y novelas [Nota 1], está presente en la mayoría de las historias generales de arte argentino que hacen referencia a los inicios de la escultura en el país [Nota 2].
Desde las primeras décadas del siglo XX el coleccionista de arte se ha visto inmerso en un proceso de paulatina afirmación en la escena cultural.Los indicios más tempranos de este movimiento los encontramos a fines del siglo XIX cuando el coleccionista empieza a ser un tema de interés en las publicaciones decimonónicas.
En un artículo anterior (El crecimiento actual de la opera en la Argentina publicado el lunes 18 de marzo de 2002 en Mundoclasico.com) nos asombrábamos porque en el año 2001 se ofrecieron cincuenta óperas completas y con orquesta en toda la Argentina, cuando hasta hace cinco años no pasaban de quince los títulos ofrecidos.