Cuando Adriana declama, la cantante entra en el melodrama del habla-conocimiento, un medio de demostrar emoción o desenfado, que aquí consigue un efecto especial por su duración y originalidad (el canto se convierte en un medio normal de comunicación, el habla sirve a la expresión artística).
Homoki logra aquí una puesta maravillosamente minimalista de La Traviata y sin embargo tan emotiva que no deja nada que desear.Esto no solo se debe a la dirección y a la ingeniosa escenografía, una superficie oblicua a modo de espejo en la que se juega todo el destino de una mujer destruida por la sociedad.
Hace casi treinta años que Antonio Pappano no dirigía 'Rigoletto' y por ello esta ocasión equivalió a un verdadero debut.Los Verdi de Pappano no son del gusto de todos, especialmente en el caso de óperas tempranas o del período medio
Abramovič muere en un intento por resucitar a la Callas, una Maria por otra, quid pro quo.A nosotros nos dejaron volver al templo de la ópera, pero la ópera tendrá que esperar.
Se presenta la Temporada 2020-2021 del Teatro Real, reivindicando la paulatina vuelta a la normalidad y la confianza en el futuro.Serán quince óperas, de las cuales siete son nuevas producciones del Teatro Real y dos son estrenos absolutos.
La Deutsche Oper am Rhein Düsseldorf Duisburg ha sido nominado en seis categorías para los International Opera Awards.Desde 2012, este prestigioso premio anual ha reconocido los mayores logros de teatros de ópera y artistas de ópera de todo el mundo.
Villazón no confía en la trama e intenta encontrar su propia lectura, Elvira no puede vivir como quisiera en esa estricta sociedad y está loca desde un principio y no experimenta ninguna curación en el transcurso de la ópera que, a juicio del regista, funciona sin necesidad de aclarar aquellos trascendentales hechos que marcaron época.
La versión de Homoki no deja absolutamente nada que desear, todo está perfectamente coordinado y conmueve a tal grado a la platea que desde el primer acto se oye por lo bajo en la sala cómo las damas asistentes se apresuran a sacar pañuelos de sus bolsos para secarse las lágrimas que asoman a sus ojos y ruedan por sus mejillas.
Hilsdorf, haciendo alarde de abundante buen humor, imprime su propio sello, apelando al saborcillo local de la Renania para hacer más potable este ladrillo de Wagner.El coro está disfrazado con los uniformes militares rojiblancos y sombreros de tres picos de los grupos renanos de carnaval (parodiando a las odiadas tropas prusianas que ocuparon estos lares desde 1822 hasta comienzos del siglo XX).