Alemania
Archipel, un Homenaje a Jirí Kylián
Juan Carlos Tellechea
El coreógrafo checo Jiří Kylián, una de las personalidades más destacada de la danza internacional, cumple 70 años el 21 de marzo de 2017 y ha recibido en estos días un gran homenaje de la compañía Aalto Ballett de Essen con la presentación de una interesante antología de sus más brillantes obras titulada Archipel (Archipiélago).
El Archipiélago, está integrado por cinco islas, cinco piezas, no muy extensas, reunidas en esta selección de dos horas: Wings of Wax, 27' 52 , Petite Mort, Birth-Day (fragmento de un filme coproducido por el NDT con el Hebbel Theater de Berlín) y Seis danzas.
El centenar de obras de Jiří Kylián, principalmente para la compañía Nederlands Dans Theater (NDT, de los Países Bajos), escribieron y escriben todavía historia en el mundo del teatro-danza al más alto nivel. Con su lenguaje original, claro, entretenido, comprensible, apasionado y pleno de humor Kylián, formado en el Teatro Nacional de Praga, su ciudad natal, y en la Royal Ballet School de Londres (1967), desata aplausos y ovaciones de millares de espectadores, así como elogios de la crítica especializada.
Junto con el holandés Hans van Manen, quien el próximo 11 de julio cumple 85 años, Jiří Kylián es el principal exponente de la escuela neerlandesa de ballet que alcanzó gran prestigio sobre todo a partir de la década de 1980. Antes (finales del decenio de 1960) había trabajado como bailarín con el estadounidense John Cranko, director del Ballet de Stuttgart, quien lo alentó decididamente a continuar evolucionando como coreógrafo.
Wing of Wax, coreografía creada en 1997, aborda poéticamente el permanente cambio en las relaciones humanas con música muy variada, desde Johann Sebastian Bach hasta Philip Glass, etéreamente interpretada por Yulia Tsoi - Tomáš Ottych, Ana Carolina Reis–Liam Blair, Mariya Tyurina–Wataru Shimizu, Carla Colonna–Armen Hakobyan, con magníficos pas de deux, muy delicados, ejecutados con mucha exactitud y presteza.
Ninguna de las obras de Kylián se parecen entre si y estas cinco no son ninguna excepción. En 27' 52" , el tiempo que dura exactamente su interpretación: 27 minutos y 52 segundos, el coreógrafo checo nos sumerge en el mundo sonoro de Gustav Mahler combinado con elementos de la voz humana (grabados en inglés, alemán, italiano y reproducidos con la computadora primero al derecho y después al revés, haciendo incomprensibles y peculiares los sonidos emitidos al oir las palabras invertidas). Sobre el escenario operarios, utileros y teloneros instalan el piso y la escenografía (concepto de Jiří Kylián; realización técnica de Kees Tjebbes) sobre el que primero probarán los bailarines antes de entrar de lleno en la danza. Excelentes en los movimientos, piruetas e histrionismo Tyurina–Blair, Yurie Matsuura–Shimizu, Julia Schalitz–Yehor Hordiyenko.
Tras el intervalo el programa continuó con Petite Mort, una pieza que el Aalto Ballett presentó en 2012 en el marco de sus veladas tituladas Zeitblicke (Visiones del tiempo) y que pertenece a una colección de ballets estrenados en 1991 en los Festivales de Salzburgo (Austria) con motivo de conmemorarse el 200º aniversario de la muerte de Wolfgang Amadé Mozart. Seis parejas de bailarines (los varones con floretes) simulan exquisitos pases de esgrima. Bellísimas figuras conformadas por Reis–Blair, Paula Archangelo-Çakir–Shimizu, Yanelis Rodríguez–Hordyenko, Tsoi–Hakobyan, Colonna–Artem Sorochan, Yusleimy Herrera León–Aidos Zakan despiertan la admiración de la platea.
Birth–Day, el filme coproducido por el Nederlands Dans Theater con el Hebbel Theater de Berlín del que vimos un fragmento aquí, nos retrotrae con sus rápidos números a la época del cine mudo. Todo gira, corre, sube y baja, en torno a una muy activa pareja (brillantes Gioconda Barbuto–David Krügel) y un sobreexigido lecho matrimonial. Kylián hace juegos malabares con el drama, el humor, lo sobrenatural, lo sensorial, lo místico, el subconsciente, y lo hace con encanto y gracia a la vez, apelando a la violencia o a la ternura, a la poesía más hermosa o al terror más atroz.
También de Mozart es la música de Seis danzas (Deutsche Tänze, KV 571), la más antigua (1986) de las creaciones de Kylián aquí presentadas que interpretaron Schalitz–Blair, Rodríguez–Hordiyenko, Matsuura–Qingbin Meng y Archangelo-Çakir–Nwarin Gad con gracia, elegancia, refinamiento, entrega y alegría. Este fue el punto final de esta agitada, emocionante y divertida velada que los espectadores premiaron con prolongados aplausos, ovaciones y exclamaciones de aprobación, muy merecidos, tras varios años de dura y fructífera preparación de la compañía del Aalto Ballett Essen para tan feliz acontecimiento.
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