250 aniversario de Ludwig van Beethoven

Las 179 'Canciones de los pueblos del mundo' de Beethoven

Juan Carlos Tellechea
martes, 2 de junio de 2020
Lieder verschiedener Völker © 2020 by G. Henle Verlag Lieder verschiedener Völker © 2020 by G. Henle Verlag
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Todas las cosas tienen su génesis en esta vida. Allá por comienzos del siglo XIX Ludwig van Beethoven las estaba pasando canutas; no era que viviera disipadamente, todo lo contrario, era muy austero en sus gastos, aunque a buen nivel.

Pero, a la inflación desenfrenada se sumaba que los mecenas, príncipes Ferdinand von Kinsky y Franz Joseph von Lobkowitz no cumplían con los pagos acordados con el compositor. Además éste tenía que ayudar con elevadas sumas de dinero a su hermano Karl que estaba enfermo.

Tuvo que pedir prestado a diversos editores (Steiner y Franz Brentano) y recibió también algunos pagos por concepto de regalías de Breitkopf & Härtel y después de Clementi que mitigaron algo sus problemas.

Sin embargo la mayor suma que recibiría entonces, 250 ducados, sería del editor escocés George Thomson, de Edimburgo, por la colección de Canciones de los pueblos del mundo, arregladas por Beethoven en Viena entre 1815 y 1816, así como en 1817 o 1818.

La edición histórico-crítica (sección XI, volumen 3) de la Beethovenhaus de Bonn, al cuidado de Susanne Cox, con apoyo de Bernhard R. Appel, y realizada por encargo del Archivo de Beethoven (editada por Bernhard R. Appel y Christine Siegert en el marco de la obra completa fundada por el eximio musicólogo Joseph Schmidt-Görg), fue publicada por la prestigiosa G. Henle Verlag de Múnich[nota 1].

Estos preciosos arreglos, poco conocidos, quizás la parte más subestimada de la obra de Beethoven, que infunden gran alegría y enorme placer a los amantes de la música, fueron exhaustivamente estudiados por Barry Cooper en su libro Beethoven's Folksong Settings: Chronology, Sources, Style (1994)[nota 2], una cara pieza de coleccionistas bibliográficos. En Lieder verschiedener Völker, el volumen que reseñamos, se han reunido de España dos boleros (Una paloma blanca, bolero a solo; y Como la mariposa, bolero a due), así como dos canciones (Yo no quiero embarcarme y La tirana se embarca); y de Portugal una modinha (Seus lindos olhos, Duett). Las joyas de estas cinco canciones ibéricas son el bolero y la canción portuguesa, cuyos textos dicen:

Una paloma blanca Seus lindos olhos
Una paloma blanca Seus lindos olhos
como la nieve mal que me viram
me ha picado en el pecho, crucis feriram
¡cómo me duele! meu coração. 
Más allá de la vida Se amor protege
he de quererte, a chamma noca
que el amor está en el alma tal vez se mova
y esa no duele. a compaixão.
Dicen que el sueño es muerte, Vir pode um dia
mas yo lo niego, dia d'encanto
pues cuando duermo, vivo, que enxuque
cuando no, muero[nota 3]. o pranto
  vertido em vão.
  Se amor alenta
  esta esperança
  em paz descansa
  meu coração. 
   

Siegert y Appel, que no citan el estudio y edición de las Canciones ibéricas[nota 4] de Pedro Alcalde (1997), reconocen desconocer las fuentes de los materiales que le sirvieron de base a Beethoven para los arreglos de las piezas españolas. En el caso de la canción portuguesa el compositor la tomó de Allgemeine musikalische Zeitung[nota 5], la revista musical de la editorial Breitkopf de Leipzig. El periódico la recibió del Sr. P. G. De Massarellos de Lisboa. Los arreglos de Beethoven tienen notable parecido con el original, pero el compositor embelleció la pieza con una mayor riqueza y diversidad musical.

En cuanto al primero y al segundo de los boleros hay, respectivamente, tres y dos copias de una versión de cada canción del siglo XIX de la colección de manuscritos musicales del compositor Hermann Kestner, quien se dedicaba a la investigación y recopilación de temas del cancionero popular. Publicó numerosos volúmenes con copias, principalmente de canciones populares europeas, cuya datación no siempre es exacta. Pero en este caso no deben de haber sido utilizadas por Beethoven, porque son de fechas posteriores.

En cuanto a La tirana se embarca hay una impresión de la canción con guitarra y alternativamente con acompañamiento de piano que apareció en Artaria[nota 6]. Se trata allí de Tirañita Spagnuola, páginas 12-15. La canción tiene en esa edicion la misma tonalidad y los mismos compases que en el arreglo de Beethoven. El tempo es Andantino, mientras que en Beethoven es Andantino espressivo.

En aquellos tiempos se registraba un movimiento en Escocia para recopilar canciones populares, manteniendo unas vivas e invemtándose otras. Las colecciones más extensas se remontan a principios del siglo XVIII. Thomson, un funcionario público, comenzó su colección relativamente tarde, en la década de 1790, con el objetivo de superar a todos los anteriores en tamaño y calidad.

Estaba de moda ese anhelo por la naturalidad de la voz, y el estusiasmo por su propia música folclórica, que comenzaría en las islas británicas antes que en el continente. Incluso a mediados del siglo XVIII algunos arpistas galeses llamarían la atención de la escena musical de Londres con la interpretación de canciones populares de su tierra natal.

Sencillez, inmediatez, grandeza, naturaleza eran sus características principales. Se pensaba, y con razón, que mucho de lo que requería el arte, y que se oponía al esplendor artistocrático del período barroco, se encontraba en la poesía popular y en las canciones populares.

En lugar de confiar los arreglos a los compositores locales, Thomson contactó a personas de renombre internacional e inicialmente se dirigió a Ignaz Pleyel, Jan Koželuh y Joseph Haydn. Estos compositores entregaron numerosas obras, pero finalmente terminaron su trabajo para Thomson por diversas razones. Así que entonces éste se dirigió a Beethoven; por primera vez en 1803, pero no le pediría arreglos hasta 1806 cuando le envió una colección de 21 melodías tradicionales sin letra. Esto marcaría el comienzo de una colaboración única.

La primera respuesta de Beethoven estaba fechada el 1 de noviembre de 1806. Discutió varias sugerencias y también se le informó que el Sr. Haydn recibió una libra británica por canción. Finalmente, en 1809, acordó una colaboración formal, lo que resultó en la emisión de los primeros 53 arreglos en julio de 1810. Enviar esto desde Edimburgo a Viena y viceversa resultó ser una tarea difícil durante las Guerras Napoleónicas.

Las negociaciones con el escocés no habían sido del todo fáciles. Cuando por último comenzó a trabajar le anunció a Thomsen la tarifa, midiendo exactamente su propio valor de mercado: cuatro ducados por canción, que debería ser lo mismo que había recibido Haydn. Beethoven le escribiría, en francés, al editor:

El propio Haydn me aseguró que recibió 4 ducados por cada canción, aunque solo escribió para clavecín y violín, sin ritornello y sin violonchelo. En cuanto al Sr. Koželuh, que entrega cada canción con acompañamiento por 2 ducados, mis felicitaciones ... Me considero superior al Sr. Koželuh (Miserabilis) en este género musical.

Beethoven originalmente envió 3 copias por diferentes rutas y otra remesa un año después. Ninguna llegaría a Thomson hasta julio de 1812, y la copia que finalmente llegó parece haber sido enviada a través de Malta. Más tarde, Beethoven descubriría que la ruta a través de París era la más efectiva para el correo a Edimburgo. El obstáculo más difícil era el Canal de la Mancha, y la forma más segura de enviar correo a través del Canal fue contratando a contrabandistas.

Para muchas de las canciones, Beethoven no recibía ningún texto, ya que a menudo las letras aún no habían sido escritas. Thomson encargó a poetas escoceses contemporáneos, especialmente a Robert Burns, que escribirían nuevos versos para las melodías originales. Hay varias causas posibles para esto: por último, pero no menos importante, fue el deseo del editor de evitar el dialecto escocés y ocasionalmente el contenido vulgar sin pulir. También quería dar a los títulos una referencia contemporánea a eventos políticos y / o a personalidades actuales. Beethoven pediría repetidamente los textos de Thomson, porque se sintió incapaz de escribir arreglos sin texto.

Beethoven describiría sus arreglos como composiciones, lo que sugiere que se tomó muy en serio los encargos de Thomson. Cuando el editor escocés le pidió que escribiera sus piezas más fácilmente, Beethoven reaccionaría con irritación e intransigencia y le expresaría que las igualaba a sus otras creaciones:

No estoy acostumbrado a revisar mis composiciones; nunca he hecho esto, porque estoy convencido de que incluso el cambio más pequeño distorsionará el carácter de la obra. Lamento que esté usted perdiendo aquí, pero difícilmente puedo ser encontrado culpable si fue su trabajo familiarizarse con el sabor de su país y la modesta fortuna de sus músicos.

Los arreglos de Beethoven están rebosantes de ideas. Las partes de violín y violonchelo son opcionales, pero no una mera reproducción de la parte de piano. Son lo suficientemente independientes como para hacer que la pieza sea más atractiva cuando se toca, pero se puede omitirlas sin perder el efecto. Las formas tradicionales también obligaron a Beethoven a trabajar con armonías modales en un contexto clásico, a veces con la ayuda de los bajos retumbantes que recuerdan a las gaitas, un dispositivo estilístico que crea efectos sorprendentes. Los arreglos más rápidos tienen una gran energía y los movimientos lentos notable expresividad, combinada con una textura rica y una armonización innovadora.

Las publicaciones de los arreglos sobre temas irlandeses (1814, 1816), galeses (1817) y escoceses (1818) fueron un fracaso económico. Thomson se quejaba de que eran demasiado elevados y difíciles para el público. En una carta a un amigo en 1821, Thomson se lamentaría:

No cedo ante la expectativa de que alguna vez sacaré ganancias de lo que Beethoven ha hecho para mí; él compone para la posteridad. Esperaba que su genio se hundiera y se adaptara al carácter simple de las melodías nacionales, pero en general resultó ser demasiado erudito y demasiado excéntrico para mis propósitos y todos mis ducados de oro ... fueron dinero perdido.

Si bien es cierto que en aquel momento de su vida Beethoven pasaba por dificultades económicas y financieras, estos aspectos en definitiva no habrían jugado un papel tan decisivo en su motivación para dedicar gran parte de su tiempo y de sus esfuerzos a estos arreglos. La inmortalidad de estas canciones populares de gran valor del pasado le habría convencido de la necesidad de preservarlas, aprovechando el ofrecimiento de Thomson, para que no cayeran en el olvido.

En total, Beethoven completó 179 arreglos de canciones populares: 

25 canciones escocesas para trío de voz y piano op.108 

25 canciones irlandesas para una o dos voces y trío para piano WoO 152

20 canciones irlandesas para una o más voces y trío para piano WoO 153

12 canciones irlandesas para una o más voces y trío para piano WoO 154

26 canciones galesas para una o dos voces y trío para piano WoO 155

12 canciones escocesas para una o más voces y trío para piano WoO 156

12 canciones de diferentes pueblos para una o más voces y trío para piano WoO 157

23 canciones de diferentes pueblos para una o más voces y trío para piano WoO 158a

7 canciones en inglés para una o más voces y trio para piano WoO 158b

6 canciones de diferentes pueblos para una o más voces y trío para piano WoO 158c

11 canciones no catalogadas

Notas

1. Ludwig van Beethoven, "EE", edición crítica de Susanne Cox, München: G. Henle Verlag, 2020, 145 Seiten. ISMN 979-0-2018-4421-3

2. Barry Cooper, "Beethoven's Folksong Settings: Chronology, Sources, Style", Oxford: Clarendon Press, 1994, 288 pp. ISBN 978-0198162834

3. Probablemente pudieron haber seguido dos estrofas más.

4. Ludwig van Beethoven, "Canciones ibéricas", edición crítica y estudio de Pedro Alcalde, A Coruña: Viso editorial, 1997.

5. Allgemeine musikalische Zeitung, Jahrgang 10, Nr. 28 del 6 de abril de 1808, Sp. 447f

6. "Troubadour du Nord", Cahier 3, PN 2117, 26 de enero 1811.

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