Artes visuales y exposiciones

Marc Chagall, los primeros años

Juan Carlos Tellechea
jueves, 17 de abril de 2025
Chagall © 2024 by Prestell Verlag Chagall © 2024 by Prestell Verlag
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Vacas verdes, caballos voladores, los horrores del dictador Iosif Stalin... con la gran exposición titulada Marc Chagall, los primeros años, la Kunstsammlung Nordrhein-Westfalen (Colección de Arte de Renania del Norte-Westfalia) de Düsseldorf rinde homenaje desde el 15 de marzo al 10 de agosto al magno poeta del modernismo clásico, mostrando 120 pinturas y obras sobre papel de todos sus períodos creativos.

El arte tan polifacético de Chagall es un espejo de su propia vida. En sus trabajos se puede encontrar lo rústico rural, pero también lo exquisito de la ciudad, lo conservador tradicional y lo revolucionario, mas sin perder de vista el realismo, mientras lo onírico levita por encima de todo.

Primeras obras

Retrato de Marc Chagall en San Petersburgo, (17 de junio 17 de 1910) ©. © 2024 by DR, Archives Marc et Ida Chagall, Paris.Retrato de Marc Chagall en San Petersburgo, (17 de junio 17 de 1910) ©. © 2024 by DR, Archives Marc et Ida Chagall, Paris.

Lo especial es que nada de ello contrasta entre sí, todo se funde orgánicamente, se difumina, se desintegra y se recompone. Marc Chagall intentó captar la vida en su totalidad. Uno de los focos de atención de esta muestra, que se presentó hasta el pasado 9 de febrero en el Albertina de Viena, son las primeras obras creadas entre 1910 y 1923.

En ellas se aprecia claramente la influencia de las vanguardias en la obra de Chagall, así como el lado socialmente crítico y a veces oscuro de su trabajo. La exposición de la Kunstsammlung de Düsseldorf ilustra asimismo la evolución del artista y sus motivos hasta la década de 1980, cuando deleitó a un amplio público con los vibrantes colores de sus pinturas.

Ocho décadas

El catálogo, Chagall, editado por la directora de la Kunstsammlung, Susanne Gaensheimer y la conservadora de la exposición Susanne Meyer-Büser, así como por el entonces director del Albertina, Klaus Albrecht Schröder, y la comisaria de aquella exhibición Gisela Kirpicsenko, fue publicado por la editorial Prestel/Penguin/Random House de Múnich y analiza las ocho décadas de labor del artista, que respondió a los experimentos de sus contemporáneos con el cubismo, el fauvismo y el surrealismo, creando su propio lenguaje visual.

Marc Chagal, "Doble retrato con vaso de vino" (1917-18). © 2024 by Dist. GrandPalaisRmn/Bertrand Prévo.Marc Chagal, "Doble retrato con vaso de vino" (1917-18). © 2024 by Dist. GrandPalaisRmn/Bertrand Prévo.

En su larga vida Chagall quedó entre todos los estilo estéticos y todas las sillas de la política mundial. En su cuadro El cumpleaños (1923), no incluido en Düsseldorf (aunque su imagen ilustra la cubierta del catálogo de la editorial Prestel), el artista se pinta a sí mismo como admirador de su esposa y musa, Bella Rosenfeld, levitando por la habitación en la contorsión más salvaje para susurrar algo al oído de ella, que cuida el ramo de flores.

Cuando se mira detenidamente esta obra, ya se sabe por qué le puso ese título. Por aquel entonces Pablo Picasso era ya famoso, pero Marc Chagall muy popular. No se encontrará el tipo de machismo misógino del gran cubista en este poeta más sereno.

Kitsch

Por supuesto, también tuvo momentos flojos. Las obras de los decenios de 1930 y 1940 son demasiado empastadas, recargadas, cercanas al kitsch, reflejo de la pesadez de la época. Chagall tenía ligereza antes y solo después de aquel entonces. Cuando aún se pueden ver los dibujos bajo los delicados colores o cuando se inspira en las vidrieras de las catedrales con sus profundos tonos azules en su obra tardía. Es como si hubiera subido al cielo. Chagall murió en 1985 en Saint-Paul-de-Vence, Francia, a la bíblica edad de 98 años.

No cabe duda de que este pintor, junto con Pablo Picasso y Henri Matisse, es el artista que más interesaba al ex director del Albertina, Klaus Albrecht Schröder. La muestra la había planeado hacía seis años e iba a ser la última, como así fue, bajo su mandato, tras 25 años al frente de esa casa.

La Rusia de Putin

En su momento tuvo un gran contratiempo, los préstamos de Rusia que ya se habían concertado se cancelaron debido a la guerra de agresión rusa en Ucrania. En general, todos los colegas y amigos rusos de Schröder del mundo del arte ya no están en sus puestos y fueron sustituidos por lacayos leales al régimen autocrático de Vladimir Putin, cuyo mejor aliado es ahora el aspirante a dictador fascista Donald Trump, nuevo jefe de la Casa Blanca en Washington, quien en estos días se ha puesto a desmantelar nada menos que al Departamento de Educación de Estados Unidos.

Jasidismo

Marc Chagall, "En Rusia, a los burros y los demás" (1911). © 2024 by MNAM-CCI, Dist.GrandPalaisRmn/Audrey Laurans.Marc Chagall, "En Rusia, a los burros y los demás" (1911). © 2024 by MNAM-CCI, Dist.GrandPalaisRmn/Audrey Laurans.

Rusia y sus convulsiones políticas, devuelve al espectador al centro de la vida de Chagall. Nacido en 1887 en Vitebsk (Bielorrusia), creció como judío jasídico. En el shtetl no solo se vio influido por las tradiciones, la música y las fiestas judías, sino que también experimentó la hostilidad y los pogromos.

Recibió apoyo mientras estudiaba en San Petersburgo, y una beca le llevó a París, capital de la vanguardia de la época, por primera vez en 1911. El color de su cuadro Habitación amarilla (1911) simboliza la difamación de que fueron siempre objeto los judíos. Obras, como Sabbat (1910), Soledad (1933, año del ascenso al poder de Adolf Hitler y el nazismo en Alemania), Rabino (1914-1922), entre otras, forman parte del simbolismo judío en su creación.

En yiddish

En 1922 Chagall concluía en su Bletlach (Hojas) sobre el arte judío, que había escrito en yiddish ese mismo año para Shtrom (Corriente), una revista literaria y artística recién fundada en Moscú:

Si no fuera judío (con todo lo que asocio al término), nunca me habría convertido en artista o me habría convertido en alguien totalmente distinto.

El objetivo de esta revista era unir a los autores modernistas en yiddish de la Rusia posrevolucionaria. El efímero mensual (publicado entre 1922 y 1924) se esforzaba por afirmar la identidad judía secular de sus colaboradores bajo una apariencia modernista. La inclusión de Chagall, que había demostrado ser un artista destacado desde su regreso a Rusia desde París en vísperas de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) gracias a su combinación del particularismo judío con la vanguardia universal, estaba sin duda en consonancia con este objetivo.

Visión judía

Marc Chagall, "El violinista" (1911. © 2024 by Achim Kukulies, Düsseldorf.Marc Chagall, "El violinista" (1911. © 2024 by Achim Kukulies, Düsseldorf.

El elemento fuertemente autobiográfico de la obra temprana de Chagall también define su carácter judío. Los orígenes de Chagall en una familia judía de lo que hoy es Bielorrusia, su papel activo en la formación de una nueva cultura ruso-judía y su simpatía por el destino de sus compatriotas judíos durante los tiempos turbulentos que le tocó vivir nos invitan a contemplar su arte a través de una lente judía.

Uno de los temas centrales que surgieron del encuentro de Chagall con la tradición y le acompañaron a lo largo de su carrera artística es la figura del violinista judío. Originalmente, como recordaría más tarde en sus memorias, se trataba de un retrato de su tío Neuch de la localidad de Liosno, que trabajaba como tratante de ganado durante la semana y tocaba el violín los sábados por la noche.

Tocaba un niggun jasídico -la canción del rabino, que su madre también conocía- para expresar sus sentimientos religiosos más profundos. Al combinar el trabajo físico con la espiritualidad experimentada a través de la música, el tío Neuch seguía la tradición jasídica de Jabad. El estudiante de arte Chagall reconoció el simbolismo y el primitivismo en esta imagen, que también influyó en el arte y la literatura rusos del fin del siglo XIX.

Música

Joel Engel, un joven judío-ruso graduado en el Conservatorio Imperial de Moscú, ya había empezado a recopilar e investigar la música folclórica judía en Rusia una década antes de las investigaciones etnográficas de Shloime Anski. Apoyado por Vladimir Stasov, un crítico de arte y música ruso que estaba a favor de las características nacionales en el arte, Engel viajó a las provincias occidentales de la zona de asentamiento en el verano de 1897 para documentar in situ las canciones populares judías.

Otro violinista aparece en el inquietante cuadro de Chagall titulado La muerte (1908/1909). Agazapado en el tejado, aparece como un extraterrestre entre el planeta Tierra y el cielo, mientras su música comenta las desgracias de los mortales vistas desde arriba. Fue la primera obra enigmática de Chagall, en la que aplicó los conocimientos que había adquirido en San Petersburgo y cuyo mensaje tenía múltiples capas.

En su autobiografía, la describió como una representación de un recuerdo de su infancia: un vecino moribundo y su mujer pidiendo ayuda. Pero aunque Chagall, en contra de lo esperado, representa a un hombre muerto tendido en la calle en lugar de en su casa, parece que utilizó la frase yiddish “di tojte gas”, literalmente la calle muerta (es decir, desierta), de una forma visual humorística.

Sin embargo, el violinista en el tejado, el cadáver tendido en la calle, un hombre y una mujer con las manos levantadas que huyen despavoridos del cuadro y las macetas que caen de los alféizares de las ventanas también fueron interpretados por los contemporáneos del artista como referencias a un pogromo.

París

Marc Chagall, "El santo cochero", (1911). © 2024 by Photo: bpk/Städel Museum.Marc Chagall, "El santo cochero", (1911). © 2024 by Photo: bpk/Städel Museum.

Cuando llegó a París, Chagall tenía entonces 23 años, ni un céntimo en el bolsillo como muchos de sus compañeros artistas, apenas hablaba francés y se sentía abrumado por la modernidad y la energía de la ciudad. A diferencia de otros países europeos, los judíos fueron reconocidos como ciudadanos libres en Francia a partir de 1791. Esto atrajo a muchos artistas judíos a la Ciudad Luz para vivir y trabajar allí y expresarse libremente a través del arte.

Sin embargo, se enfrentaron a la marginación y la discriminación en la vida cotidiana. A diferencia de la mayoría de los inmigrantes, Chagall pronto encontró acceso a los círculos parisinos de la vanguardia artística y literaria y pasó a formar parte de un grupo muy unido de amigos que se apoyaban mutuamente. En su núcleo se encontraban los escritores y críticos de arte Guillaume Apollinaire, Blaise Cendrars y Ludwig Rubiner, el teórico del cine Ricciotto Canudo y los artistas Robert y Sonia Delaunay, Fernand Léger y varios otros.

Berlín

Marc Chagal, "Autoretrato" (1914). © 2024 by Kunstmuseum Basel, Martin P. Bühler.Marc Chagal, "Autoretrato" (1914). © 2024 by Kunstmuseum Basel, Martin P. Bühler.

Herwarth Walden, galerista berlinés y editor de la revista Der Sturm, también formaba parte de este círculo. Expuso obras del aún desconocido Chagall en el Primer Salón Alemán de Otoño de 1913 y le ofreció su primera gran exposición individual en 1914.

¿A qué se debió el temprano éxito de Chagall? Como muchos artistas jóvenes, experimentó con los estilos de la vanguardia occidental. Lo que le hace especial es que combina el fauvismo y el cubismo con motivos judíos y el folclore de Europa del Este. Esto dio lugar a un mundo surrealista de motivos basados en la experiencia, que hizo a Chagall único en su época.

Sobrenatural

Personas y animales flotantes, violinistas sobre tejados, gigantes, criaturas diminutas y criaturas híbridas pueblan sus composiciones, creadas siempre con colores abrumadores. Es surnaturel (sobrenatural), como se entusiasmó el escritor Guillaume Apollinaire en su primera visita al estudio de Chagall. En solo cuatro años, Chagall había desarrollado un estilo inconfundible.

Sin embargo, los extraños mundos que crea Chagall no son en absoluto meros cuentos de hadas cargados de poesía, sino que contienen una aguda crítica de las condiciones sociales de su época. El cuadro Adán y Eva (La Tentación), de 1912, es una muestra de agradecimiento de Chagall a la ayuda que recibió de Apollinaire en aquellos tiempos iniciales.

Sentimiento

Chagall siguió a su manera la prohibición de las imágenes que se aplicaba en el jasidismo: En lugar del sentido de la vista, favorece el sentimiento. Ninguna de sus figuras tiene el color “correcto”, todo vuela por el aire, se dobla y contorsiona, dice sí a la abstracción, pero no hasta el punto de ser irreconocible, sigue siendo estricto.

Su estilo, que oscilaba libremente entre el impresionismo, el expresionismo, el surrealismo y el cubismo, fue muy apreciado al principio. Las revueltas de Lenin dieron más libertad a los judíos, Chagall se convirtió en profesor de arte, pero sus alumnos pronto se pasaron a los abstraccionistas más radicales, en torno a Kazimir Malevich.

Constructivismo

Su rigor y dureza constructivistas atraían más a quienes veían al “Hombre nuevo” socialista como un superhéroe creado en el tablero de dibujo que al soñador Chagall, que pintaba amantes y animales, además con colores extraños.

Marc Chagall reflexionó sobre sus orígenes a lo largo de toda su vida. En sus primeras obras, en particular, tematizó su infancia y juventud en los confines del barrio judío de Vitebsk. La pequeña ciudad, con sus casas estrechamente apiñadas y la llamativa torre de la iglesia, es un motivo utilizado con frecuencia. Cuadros como Sábado (1911), La habitación amarilla (1911), Rusia, los burros y los otros (1911), y Gólgota (La crucifixión) de 1912, narran historias de la vida cotidiana judía, fiestas y costumbres, de amor y lujuria, pero también de acusaciones de asesinatos rituales y pogromos, que Chagall tuvo que vivir en Vitebsk en 1905.

Vuelta a Vitebsk

Tras la exposición en la Sturm-Galerie de Berlín, Chagall viajó a Vitebsk en el verano de 1914. Había planeado una estancia corta, pero el estallido de la Primera Guerra Mundial le impidió regresar a París.

Permaneció en Rusia durante ocho años, viviendo alternativamente en San Petersburgo, Vitebsk y Moscú. Su matrimonio con Bella Rosenfeld dio un nuevo impulso al arte de Chagall: la felicidad de la unión se convirtió en un motivo central. Al mismo tiempo, volvió a temas familiares: pintó a sus padres y hermanos; en varios autorretratos escudriñó su situación.

Experimentación

Solo se atrevió a experimentar pintando paisajes y amantes. Las promesas de la Revolución de Octubre de 1917 despertaron inicialmente el entusiasmo de Chagall. En 1918 es nombrado Comisario de Bellas Artes de la región de Vitebsk, funda una academia de arte y se convierte en su director. Invita como profesores a artistas de renombre como El Lissitzky y Kazimir Malevich. Sin embargo, sus diferentes puntos de vista sobre el arte provocan disputas.

Especialmente con Malevich, que defendía el suprematismo -es decir, la “pintura abstracta y pura”-, se produjeron discusiones sobre la forma de entender el arte revolucionario. Cuando los alumnos de Chagall se pasaron a Malevich, Chagall abandonó la academia y se trasladó a Moscú. La exposición en la Kunstsammlung de Renania del Norte Westfalia presenta una serie de extraordinarias obras sobre papel que muestran cómo Chagall experimentó a pesar de todo con composiciones abstractas a lo largo de los años.

Nuevo comienzo

Chagall regresó a Berlín en 1922 y a París en 1923. Se dio cuenta de que las obras que había dejado atrás habían sido vendidas o destruidas. Empezó a pintar nuevas versiones, haciendo las delicias de coleccionistas y galeristas. Por primera vez pudo llevar una vida despreocupada en los años veinte y treinta.

Una nueva ligereza y una aplicación transparente del color se abren paso en sus cuadros. Motivos de Vitebsk se yuxtaponen a nuevas impresiones adquiridas en Francia. Rechaza una invitación de los surrealistas para unirse a su grupo. A partir de entonces, la evolución estilística de Chagall apenas puede trazarse cronológicamente. Repite motivos y temas pictóricos, crea nuevos contextos para ellos y también recurre a etapas estilísticas anteriores haciendo referencia a un tema.

Nazismo

¿Por qué la vaca es verde, por qué el caballo vuela hacia el cielo? ¿Qué tiene que ver con Lenin y Marx?, se rumoreaba entonces bajo Stalin. Al mismo tiempo, los nazis quemaban sus cuadros, los exhibían como “degenerados” con fines propagandísticos o los subastaban para sacar provecho (obteniendo divisas fuertes) de la persecución.

El artista huyó inicialmente al régimen de Vichy, en el sur de Francia, pero cuando la presión del genocida Adolf Hitler se hizo demasiado fuerte también allí, escapó a Nueva York en 1941. Sin embargo, Chagall nunca se sintió a gusto en esa gran ciudad, se negó a aprender inglés y regresó al sur de Francia en 1948, donde, junto con Picasso y Matisse, formó el círculo de artistas más comercializado de la posguerra.

Consolidado

Hacía tiempo que había manifestado internacionalmente su destacada condición de artista, a través de numerosas exposiciones e importantes encargos de vidrieras y obras decorativas en teatros y óperas. En sus últimas obras, de los años sesenta a los ochenta, también reaccionó con sensibilidad ante la evolución social y los acontecimientos mundiales en su conjunto.

La Colección de Arte de Düsseldorf expone obras de todas las etapas de su vida, costosos préstamos de Estados Unidos, Francia, Japón, Alemania y Suiza, con breves documentales en vídeo que proporcionan el contexto histórico. Queda claro lo asombrosamente religiosa que es la obra de Chagall: pinta repetidamente crucifixiones, rabinos y la vida judía, escenas bíblicas.

Su musa

Sin embargo, nada de esto parece conservador, sino más bien liberal. Y cuando el chico guapo de cabello rizado se retrató a sí mismo en 1914, lo hizo como un travesti andrógino. En 1915, Chagall se casó con su novia de la infancia, Bella Rosenfeld; su eterna musa murió prematuramente en 1944, lo que le costó mucho superar.

Vitebsk y París se convirtieron cada vez más en lugares de añoranza y Jesús (Cristo, el ungido), el judío crucificado, en símbolo del sufrimiento. El punto de partida y la ocasión de la exposición son tres cuadros de Marc Chagall, realizados en París antes de la Primera Guerra Mundial y que están en posesión de la Kunstsammlung Nordrhein-Westfalen.

Las obras en cuestión son Autorretrato (1909), El violinista (1911-1914), y Rabino con limón (Día de fiesta), de 1914; los tres cuadros pueden contarse entre las primeras obras importantes del artista.

El poder del simbolismo

Impregnada de tradición, pero de imaginación viva, la enorme obra de Chagall refleja una profunda conexión con las raíces culturales y con las ilimitadas posibilidades de la expresión creativa. La exhibición y su catálogo aportan una nueva mirada a los aspectos más relevantes de su obra y la forma en que se refleja a través de la repetición y la variación a lo largo de los años.

Revelan además cómo el flexible uso que hace Chagall de los símbolos contribuye a construir un cosmos fantástico basado en la “lógica de lo ilógico”. Los visitantes de la muestra y los lectores de los ensayos publicados en dicho volumen llegarán a comprender cómo Chagal era esencialmente un narrador de historias con un enorme don para el color y la línea, así como un artista narrativo que comprendió el poder del simbolismo en sus propios términos.

Notas

Susanne Gaensheimer, Susanne Meyer-Büser, Klaus Albrecht Schröder, and Gisela Kirpicsenko (eds.), "Chagall", Hamburg: Prestel, 2014, 248 pages, 150 color illustrations. ISBN: 978-3-7913-7762-9 Hardcover, 5o€

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