Bajo la dirección de Sir Simon Rattle, fue uno de los mejores conciertos sinfónicos a los que he tenido el privilegio de asistir, y eso que las expectativas eran altas: tanto director como orquesta están considerados entre los mejores del mundo, y no defraudaron en ningún momento

Cuesta creer, en tiempos tan extraños como los que vivimos, que todo en la vida pueda ser una broma, pero qué ganas de creerlo cuando se asiste a una representación tan espléndida del 'Falstaff' verdiano como la que el Festival d'Aix-En-Provence ha programado para su edición de este año

Lotte de Beer afirma que su visión de la obra de Mozart y da Ponte está influida por el movimiento #metoo, y que su intención era presentar las diferentes visiones de la realidad que tienen los distintos personajes.

La nota final, un armónico casi eterno, se confundió con el rumor del viento en los castaños de indias del patio.Imposible hallar un mejor final

Con esta historia, Kaija Saariaho crea una obra impactante.La música está siempre al servicio del drama, desde la inquietante obertura, que nos pone en situación para lo que vamos a ver.

Stone se ha arriesgado con uno de los títulos más “sagrados” de la historia del género y la pirueta se le ha ido de las manos.Lo que nos ha narrado en escena, con una factura técnica absolutamente impecable, eso sí, no es Tristán e Isolda, ni siquiera una interpretación radicalmente distinta, sino una historia diferente.

Kopatchinskaja es una fuerza de la naturaleza sobre el escenario.El espectáculo del Festival de Aix-en-Provence es una recreación de lo que podría haber sido un cabaret berlinés de la época del estreno de 'Pierrot Lunaire'.

El destrozo es de tal magnitud que, pese a ser Così fan tutte una de mis óperas preferidas, hubiera preferido no ver ni escuchar lo que vi y escuché en el Théâtre de l'Archevêché.

La voz de Grigorian es apabullante.El timbre, en un primer momento, parece casi de mezzo por lo ancho y carnoso del centro, pero sube al agudo con una facilidad pasmosa.Un agudo restallante en el forte, y delicadísimo en el piano.

En un tiempo como el nuestro, en el que lo inconcebible es cada vez más real, en que derechos y debates que (pobres de nosotros) creíamos superados están copando el ambiente, que empiezan a censurar obras culturales, que amenazan con llevarnos de cabeza al blanco y sepia oscuro de los años más nefastos de nuestra historia reciente, una obra como 'The Faggots', que en muchos lugares de España ya sería impensable representar, es un pequeño oasis de esperanza.

Raphaël Pichon y Claus Guth se han lanzado a un proyecto de reactualización, que no de reconstrucción, ya que tal cosa hubiera sido imposible.Han intentado revivir el espíritu de 'Samson' de Rameau y Voltaire más que su literalidad, creando una dramaturgia nueva que recrea la historia bíblica

La experiencia fue larga: Tcherniakov nos presenta dos óperas en vez de una, con un entreacto de hora y media que los restaurantes de los alrededores agradecieron sin duda.La duración total del espectáculo, con pausa incluida, se fue a más de cinco horas

Las 'Eight songs for a mad king’ de Maxwell Davies resultan magníficas en esa reconstrucción de la sonoridad de la mente de un rey loco.La intervención de Kränzle es prodigiosa.No es solo que haga vocalmente todas las cosas que hace, es que su entrega como actor es brutal, realmente vemos a Jorge III perdido en su mente enloquecida

El conjunto sigue siendo fascinante, revelador, impresionante.Una grandísima producción de 'Pelléas et Mélisande' que merecía la pena ser rescatada