Una función inolvidable en base a una propuesta escénica de gran alcance dramático, una dirección orquestal a la altura y un tan excelente como entregado equipo de cantantes en una obra muy equilibrada en los protagonismos.
Solo por la extraordinaria labor de los solistas y del director musical vale la pena atender y escuchar esta versión de Hérodiade, pero cerrando muy bien los ojos para no ver los esperpentos que se le han ocurrido a Fioroni, que parece tener una fantasía inagotable para puestas estrafalarias.
La doncella de Orleans de Chaikovski se percibe inevitablemente en estos convulsionados tiempos como una metáfora sobre la pérfida agresión de la Rusia de Vladimir Putin, contra la Ucrania del presidente Volodímir Zelenski.
Twyla Tharp cumplió 80 años de edad el 1 de julio pasado, pero tiene tanta o más energía que una mujer con la mitad de su edad.Durante un prolongado período de su vida practicaba boxeo con Teddy Atlas, quien fuera también entrenador de Mike Tyson, y con esa perseverancia que la caracteriza (desde su infancia) dobló su peso y fuerza en poco tiempo.
Solo la ignorancia más supina se permite afirmar que Meyerbeer se limitó a imitar las fórmulas del gran huracán que arrasaba en los escenarios italianos, Rossini.El alemán, aun asimilando perfectamente los procedimientos del belcanto imperante en el momento, demostró tener una voz propia desde el inicio, y así lo reconocieron el público y la crítica contemporáneos.
Una interpretación vocal extraordinaria y una música maravillosa de Charles Gounod protagonizaron el primer estreno operístico de la presente primavera.Lamentablemente, la régie de Philipp Westerbarkei es para llorar tras ver cómo puede echarse a perder una gran obra maestra y un clásico con una escenificación tan estúpida, tan llena de trivialidades y tan carente de ideas inteligentes.
Teatro Deutsche Oper am Rhein de Düsseldorf.La flauta mágica, de Wolfgang Amadeus Mozart (Salzburgo, 1756 - Viena, 1791), gran ópera en dos actos, con libreto de Emanuel Schikaneder (1751 - 1812), estrenada en el Freihaus - Theater auf der Wieden de Viena, el 30 de septiembre de 1791 bajo la dirección del propio Mozart, apenas dos meses antes de su muerte.