Lisiecki sigue siendo el mismo joven franco y aparentemente sencillo de su primera actuación en el Klavier-Festival Ruhr, sin poses artificiales ni extravagancias anodinas.En su interpretación, Bach, Chopin o Szymanowski poseen el mismo sonido claro, incluso más suave y delicado en los matices pianísticos, con una tensión armónica retraída.
Fediurko se propuso a todas luces, redescubrir en Chopin la espontaneidad del momento, la respiración y el fraseo.Su exigencia estuvo acompañada de una evidente preocupación por el cantabile.
Alice Sara Ott saca el máximo partido de estas piezas, afortunadamente sin tratar de aderezar la pegadiza naturalidad de la música con excentricidad.Los colores de las piezas están pintados con un delicado esmalte.
Viendo a este músico y compositor, de sobria presencia escénica, los espectadores se dan cuenta de inmediato que sus proezas técnicas son solo un vehículo y no un fin en sí mismo.Es demasiado austero para querer convertirlo en un vano acto de autopromoción, aunque disfrute sin duda del gesto virtuoso.
Los Nocturnos de Fauré ya no rinden homenaje a la noche romántica o al Bel canto de Bellini.Estas piezas líricas evocan la comunión secreta entre el Hombre y las cosas invisibles.
Si todavía no han oído ni escuchado ni leído algo de Arsenii Moon hay que ponerse al día porque es uno de esos artistas excepcionales de novísima generación que con su espiritualidad convierten una sala de conciertos en un recinto que parece esfumarse de este mundo terrenal.
La Orquesta de Córdoba, dentro del XXII Festival de Piano Rafael Orozco, bajo la dirección de Salvador Vázquez, acompañará a uno de los pianistas con más proyección internacional en la actualidad, el joven Martín García García, en un concierto único.
Qué poco se escuchan las 'Variaciones Enigma' y cuánto se agradece poder hacerlo en una interpretación tan sobresaliente como la de esta noche.González-Monjas acertó con el concepto: flema británica en las variaciones solemnes, seriedad brahmsiana en las variaciones saltarinas, y la inteligencia suficiente para dar a la circunstancia su mayor valor por encima de la pompa
No es que Zimerman subestime la energía, pero ésta permanece perfectamente canalizada, rechazando el exceso y el brillo virtuosos.A partir de ahí, la interioridad, los sueños y la emoción emergen con naturalidad.
Cada uno de los maestros que ha pasado por el Curso ha dejado un sello único, tanto artístico como humano, contribuyendo de manera decisiva al crecimiento y formación de una nueva generación de músicos.