El Palazzetto Bru-Zane, pilar en la recuperación de las músicas del XIX francés, se ha planteado recuperar las puestas en escena de la creación de las óperas tal y como se hace con la música.
Para los coloneses está todo muy claro: sin el papel desempeñado por Colonia no habría habido ni El murciélago de Strauss ni Edad de oro de la opereta vienesa.
Mi Carmen no se centra únicamente en la protagonista femenina de la historia, sino en el mal de amores de Don José.Incapaz de aceptar el deseo de libertad de su amante, emprende un camino de oscuridad, alimentado por la pasión y el deseo de venganza.
Sarah Willis sostiene que también Mozart puede ser bailado y lo demuestra aquí por cuarta vez.Ella dice, con acierto, que tras su encuentro con el maravilloso pueblo de Cuba su música se le pegó en la piel.
Quizá se le puede pedir a Beczala un poco más de variedad expresiva en el fraseo, pero su canto legato, su squillo y su brillantez en la zona superior bastan por sí solas para arrebatar al público.
Solo para una minoría del público del Colón la puesta continúa siendo disruptiva, ofensiva o intolerable, y ello se notó por el breve y aislado abucheo que sufrió el repositor, Yves Lenoir
Dejamos a cargo del lector la tarea de disfrutar la música de Giacomo Puccini mientras nos dedicamos a repasar dos aspectos menos conocidos de su vida: sus viajes y las obras que presenció como espectador.
Para esta ojeada alrededor del globo Daniel Hope se vale de múltiples instrumentos solistas, en realidad, este proyecto discográfico fue uno de los primeros que había acariciado Hope.Había probado colocarlo en varias compañías grabadoras, pero por lo visto no era el momento adecuado.