En nuestros tiempos es habitual que la 'Novena' de Mahler sea el único componente del programa.Pero estas 'Songs for Murdered Sisters' de Heggie-Atwood fueron una elección óptima para completar el concierto.
El compositor norteamericano Carlisle Floyd (1926-2021) falleció el pasado 30 de septiembre en Florida, donde residía.Su ópera 'Susannah' es una de las óperas norteamericanas más populares, junto a 'Porgy and Bess'.
El tratamiento escénico de Viñaspre es complejo dentro de la economía escénica: soprano y pianista son personajes, la primera como centro de su propia evolución, y la segunda como figura que parece justo lo que provoca las ataduras y decepciones del personaje central (esencialmente costumbres sociales, con toques matroniles o incluso de patriarcado).
Al igual que ya hiciera con Serse, Maxim Emelyanychev revela un olfato dramático certero, una dirección musical contrastada, matizada y, sobre todo, teatral.Cuando Händel encuentra una batuta que secunda sus intenciones el resultado es imbatible, algo posible gracias a Il Pomo d’Oro, una orquesta brillante y homogénea, espléndida en las casi cuatro horas del registro de principio a fin.
Es frecuente leer y escuchar dos afirmaciones lapidarias: que la ópera como género está muerta y que después de Puccini (o de Strauss) no se han compuesto más títulos dignos de ser recordados.La primera la desmentía, antes de la landa desolata que ha provocado la crisis del COVID-19, la programación tan dinámica de miles de teatros de la cultura occidental.
Nézet-Séguin parece sintetizar muy delicadamente los más complejos sonidos con sus manos como si fueran multicolores globos inflados con helio que deja volar a su libre albedrío en la sala, al tiempo que mira al cielo para contemplar sus evoluciones
Von Stade dio una masterclass en el Museo de la Música, y ahí se detuvieron todos los relojes.No sólo se trataba de las indicaciones y del aliento permanente a los jóvenes cantantes, sino de su expresión al seguir ya fuera la entrada de Urbain en 'Les huguenots', el aria de la carta de Charlotte en 'Werther', o el rondó final de 'La Cenerentola' con una memoria fabulosa para el texto y una expresividad para la que sólo hacía falta el pequeño movimiento de una mano o incluso un dedo.
Es la soprano y no la mezzo la que, de acuerdo con su carácter virginal y la pureza de su cristianismo primitivo, tiene asignada una línea vocal más sobria, lo que no quiere decir que sea, en absoluto, menos expresiva.
Jake Heggie: Great Scott, American Opera in Two Acts, libreto e idea original de Terrence McNally.Joyce DiDonato (Arden Scott), Ailyn Pérez (Tatyana Bakst), Frederica von Stade (Winnie Flato), Nathan Gunn (Sid Taylor), Anthony Roth Costanzo (Roane Heckle), Kevin Burdette (Eric Gold / Vittorio Bazzetti), Rodell Rosel (Anthony Candolino), Michael Mayes (Wendell Swann).
El público compartió este viaje con un entusiasmo tan extremo como la intensidad de cada personaje.Según un crítico, la obra “nos agarró de la garganta sin soltarnos.” Otro pontificó con la seriedad de un farmacéutico que “la ópera no es el mejor género para este tipo de alegatos”, y fatalmente aludió a la superficialidad de la música, sin poder explicar demasiado bien esta pretensión de etiquetar esas emociones que en las buenas óperas transforman las objeciones de los críticos en irrelevantes.