Es una gran fortuna que aún se pueda ver en Múnich la hermosa puesta en escena de 'La cenicienta' realizada hace cuarenta y cuatro años por Jean-Pierre Ponelle.Desgracidamente la dirección de actores ha sido algo adulterada y ha perdido parte de su encanto y su elegancia
Rustioni está más atento a la pasión que a la sutileza.Sólo que, cuando se trata de un director de orquesta, la 'pasión' no debiera ser sinónimo de 'invasión de decibelios'.Rustioni da todas las entradas a los cantantes, pero no por eso reduce el volumen orquestal, salvo contadas ocasiones
Una producción en la que no hay disonancias entre libreto y partitura de un lado y escenificación del otro, resulta mucho más apropiada para iniciar a la ópera a un público bisoño que “actualizaciones” cuya incongruencia se convierte en un obstáculo insalvable
Ms Karabulut sought to bring unity to the diverse materials of Il Trittico by returning to Puccini’s original inspiration in Dante, but also by interpreting the title of the cycle – the Triptych – in its most painterly sense.
Pelly revalidó ser sinónimo de elegancia, novedad sin desatinos, e ironía fina que no desdeña algún trazo grueso.Creo que la producción puede tener largo recorrido y se lo merecería.Aquí estamos en el mundo de la fotonovela italiana de los años setenta del pasado siglo, con la que se evade Fiorilla del ‘aburrimiento’ sobre el que versa su aria de salida.
Loy ha decido evocar esta trilogía comenzando por un infierno que nadie se toma en serio (Gianni Schicchi), seguida de un purgatorio aparentemente sin salida (Il tabarro) y culminada con ese paraíso al que solo pueden llegar los pecadores (Suor Angelica)
Il turco in Italia de Christof Loy es una de esas producciones que se va haciendo hueco por méritos propios cada dos o tres temporadas desde que se alzó el telón en 2007, proveniente eso sí de la Hamburgischen Staatsoper.
Así se cierra esta muy meritoria temporada de ópera en Les Arts.Se palpó el disfrute entre el público.Y se agradeció su calor, favorecido por el aumento del aforo.Bajado el telón, el coro en los palcos supo conducir al respetable, no tan dócil como en realidad convencido, a una sucesión de aplausos rítmicos, esos que sólo se escuchan en las grandes ocasiones.
Donizetti merece el calificativo de experimental y vanguardista como el que más, aunque haya que entenderlo en el contexto de su carrera y en el panorama italiano en torno a 1830.En Donizetti hay coherencia y consecuencia en el camino que sigue, adaptándose a las circunstancias, y ciertamente se entiende mejor cómo llega ahí escuchando Il paria.
¡Con cuánta candidez disfrutábamos el último día de febrero de un año bisiesto (cumpleaños de Rossini, por cierto) de una obra, 'Il viaggio a Reims', en la que los personajes no podían viajar!