Decía Birgit Nilsson que la parte de soprano de la 'Novena sinfonía' tenía que ser una venganza de Beethoven a una cantante, por lo tirante e incómoda que resulta;la parte de la mezzo, que a menudo corre paralela con la de la soprano, no lo es menos.
La dirección de Rustioni fue enérgica y teatral, pero pocas veces ‘visceral’ en el mal sentido del término, por lo que nunca puso en peligro a los cantantes ni renunció a la expansión de la orquesta, que exhibe una complejidad creciente
El caso Davidsen es digno de estudio, pues lo suyo no es una carrera artística prometedora, sino un hecho consolidado, lo suyo no es, siguiendo la terminología aristotélica, algo en potencia, sino que es puro acto
Es casi seguro que Damrau ya no posee sus famosos sobreagudos, pero para lo que hizo no los necesitó ni poco ni mucho.Su timbre sonó con más cuerpo, más ‘lírico’ y personalmente me sobran los dedos de una mano para recordar uno tan bello en la cantilena de Anna Bolena o en la ‘Casta diva’.
Esta mañana me desperté con la noticia de su fallecimiento.Había perdido de vista su carrera hace tiempo, pero creo que su nombre (conocido y respetado en varios países) merece al menos un breve recuerdo.
Davidsen sonó fortissimo, porque su voz, hoy día inigualable en su extensión y solidez de timbre, está en lucha con un volumen a veces ensordecedor.A partir del registro medio Davidsen parece tener un problema de apoyo que le impide encorsetar la voz para elevarla a los agudos con contornos de nitidez y squillo similares a los de Birgit Nilsson, con quien muchos insisten en compararla, en mi opinión equivocadamente
Es pueril la idea de elegir las ruinas del Covent Garden para una puesta en el mismo Covent Garden.Y sigue siendo pueril por una regie de personas que demuestran la falta de credenciales wagnerianas de Albery.
La exposición "Die Oper ist tot, es lebe die Oper" (La ópera ha muerto, viva la ópera) rinde homenaje a los 400 años de existencia del género lírico, reuniendo abundantes testimonios sobre su historia y las importantes formas artísticas que cobija en su núcleo esta fábrica de ilusiones.
No hay porqué dar el premio Birgit Nilsson a un artista de ópera.Basta con que el premiado exhiba cualidades estrictamente enumeradas como necesarias para definir un quehacer musical destacado, con un estilo interpretativo reconocible como excepcional.