El Barbican se transformó en una especie de templo durante la serie de funciones de este refrescante 'Mahabharata'.Algunos espacios fueron dedicados a la meditación, relatos orales y ejecuciones de sitar, sarangi y bansuri.
Los países europeos tienen una responsabilidad especial: al fin y al cabo, lo que está en juego es su propia defensa, y ésta no puede seguir dependiendo de los Estados Unidos, tres cuartos de siglo después de la Segunda Guerra Mundial.
Actualmente me enfoco siempre en mis objetivos musicales, y cuando lo músicos ven una forma de trabajo concreto, los prejuicios caen rápidamente para dar lugar a lo que siempre nos interesa que es el hecho artístico en sí, al más alto nivel posible.
Durante las primeras décadas del cine sonoro, la mayoría de las adaptaciones de musicales de Broadway distaron mucho de ser fieles a los espectáculos originales de Broadway.Los musicales de cine duraban menos de dos horas;
China como rival y amenaza: esta narrativa es cada vez más frecuente en la comunidad estratégica estadounidense.El secretario de Estado, Antony Blinken, califica a China como el desafío más serio a largo plazo para el orden internacional.
'Tristan und Isolde', que resulta perfectamente tonto cuando todo se grita, se convierte en una joya de psicología y de conocimiento del alma humana cuando dirección musical, dirección escénica y actores saben restituirlo.
Si la identificación de la música romántica y la emoción nos parece obvia, al igual que a los artistas y al público del siglo XIX, resulta desconcertante que tan pocos pensadores contemporáneos estuvieran de acuerdo o la aprobaran.
Lola Montez era una mujer asombrosamente emancipada para su época, poco convencional y amante de la libertad.Con su propio esfuerzo, se construyó una carrera internacional con inteligencia, encanto, buen manejo del mercado y manipulación de la prensa después de un matrimonio desastroso.
Lo más importante para mí en mi trabajo es la idealidad que se encuentra detrás de la realidad aparente.Busco desde el presente dado el puente a lo invisible (Beckmann, 1938).
De la regie de Christof Loy merecen destacarse un movimiento de personas en los cuales las miradas, ya sea cómplices o temerosas, de los diferentes personajes acompañaron un movimiento escénico que transformó en secundarios los disfraces de Ferrando y Guglielmo, porque su colorido vestuario, contrastante con el riguroso negro de los demás, nunca podían hacerlos irreconocibles.