Su música es muy agradable de escuchar, aunque curiosamente difícil de situar cronológicamente.Sacré es muy consciente de los grandes autores de la historia del piano y en su propia música hace un revoltijo donde suenan Debussy, algo de Scriabin o Mompou, Chopin y Rachmaninov -¡cómo no!- y me pareció atisbar también Casella y Bartók.
“Quiero irme sin hacer ruido.No quiero anuncios públicos, ni velatorios, ni nada.Vine al mundo y no se enteró nadie, así que deseo lo mismo cuando me vaya.”
Nuestros amigos y familias en Ucrania y Rusia están separados por este momento trágico y sin sentido de la historia.Nos aterra ser testigos de cómo la agresión atroz prevalece sobre la paz, sobre la riqueza y la belleza del mundo.
Orlinski exhibió sus dotes de bailarín y sus conocidas habilidades para el breakdance junto a Desandre, con un auditorio enteramente conquistado ya en el dúo "Cheek to cheek" de Irving Berlin, en donde revivieron magníficamente con su canto y sus pasos de baile a Fred Astaire y Ginger Rogers.
Es música artificiosa y refinadamente artificial, aunque formalmente se base en textos a menudo referidos a la naturaleza.Si bien en las letras aparecen a menudo paisajes al aire libre, esta música suena a salón, a cortinajes y brocados, mullidas alfombras, estatuillas, cuadros, divanes, pesados perfumes, aromas de té y humo de tabaco.
La lengua empleada es altamente poética y se atiene al estilo de la novela.Se trata de una excelente traslación de una novela a un libreto.Y como "L'île du Rêve" es una ópera, hay ciertas modificaciones que incrementan el dramatismo, la más notable de las cuales es la muy operística desesperación de los amantes en vísperas de su forzosa separación.
Si las presentaciones discográficas deben ser rúbricas de los intérpretes, para Gillen Munguía se llega rápidamente a una conclusión fácil: intérprete serio y honesto, técnicamente maduro que no teme elecciones arriesgadas y valientes si se justifican artísticamente.
Bajo un concepto muy cercano al mundo operístico aunque sin entrar de lleno en este, el Cuarteto Clásico de Córdoba, apenas un año después de su iniciar su andadura, ha propuesto este concierto que, bajo el título Reflejos, ofrecía guiños al mundo del teatro, de la ópera y, por supuesto, de la música de cámara.
El festival LIFE Victoria Barcelona 2018 sigue su andadura, que empezó a finales de septiembre y durará todavía hasta mediados de diciembre.Tras estupendo recital del barítono Simon Keenlyside y Malcolm Martineau en el Palau de la Música Catalana, reseñado aquí por Jorge Binaghi, el viernes 19 nos trasladamos a la sala Domènech i Montaner del Recinte Modernista Sant Pau, la sede principal del festival;