While the Frank Gehry's sets were pleasingly textural and undeniably successful as works of abstract sculpture, it was apparent that director Peter Sellars would have been just as happy without them.
Turangalîla es un homenaje a las tradiciones del poema sinfónico, rotas por la II Guerra Mundial, y un canto gozoso a la difícil conquista de la paz y la libertad.Como toda buena creación crepuscular, acierta a aplicar una retórica actualizada a los discursos de un pasado que ya no volverá.
El jurado ha resuelto conceder el premio a Cañizares por “la capacidad interpretativa de aunar en la guitarra distintas tradiciones estilísticas rompiendo barreras entre la música clásica y el flamenco, así como por la difusión a nivel internacional de la guitarra española”.
If the Symphony No.7 finale was unreservedly triumphant in tone, it was the emotional ambiguities of the earlier movements – and of Mr Widmann’s songs – that made the evening so captivating
La Orquesta Sinfónica de Londres en manos de Sir Simon Rattle era un ser vivo, casi un personaje más, inquieta e inquietante.La partitura está plagada de pequeñas intervenciones cuasi solistas, y todas sonaban perfectamente engarzadas en ese gran tapiz que Rattle tejía pasando de lo puramente insinuante, a representar en sonido la horrible cacofonía que suena en la mente de Wozzeck, para mostrar a continuación la más pura delicadeza cuando aparecía el hijo de los dos protagonistas
Del 27 de agosto al 24 de septiembre se celebrará la nueva edición del Festival Enescu que tiene lugar cada dos años en Bucarest y otras localidades rumanas.Se trata de un festival muy amplio, tanto por su duración, casi un mes, como por la cantidad de conciertos que ofrece, organizados en varias series: la principal la de 'Grandes orquestas del mundo' que se celebra en la sala de Palatului.
El pasado 6 de mayo falleció en Londres Menahem Pressler, durante más de cincuenta años el pianista del Trio Beaux Arts, además de destacado pedagogo y solista de piano
'Grietas irreversibles' será el concepto que vertebra la programación artística de la temporada, una invitación a descubrir la fortaleza de los protagonistas de los títulos que surge paradójicamente de sus fisuras vitales.
Although Sir David McVicar’s staging provided the evening with a concentrated vision of the drama, and Sir Simon Rattle’s musical direction was unfailingly genial, the production succeeded primarily on the strength of the principal singers, whose delight in the music remained palpable throughout the evening
In prefacing the Ligeti's Requiem with works of absurd humour and pastoral grace, the concert had been able to capture some of the contradictions of a century formed from equal parts greatness and horror, and one in which unpredictability was the only constant