Los espectadores ovacionaron y vivaron efusivamente la presentación.Maiburg, directora artística del Festival de Música del Bajo Rin, lleva muchos años propulsando una nueva armonía entre Europa y Oriente, aquello que el vate alemán Johann Wolfgang von Goethe tratara ya en su colección de poemas 'Diván de Oriente y Occidente', publicada en 1819
Alexandre Kantorow sobrevuela estos mundos pianísticos con fantástica maestría.Poderoso en Liszt, se apropia con éxito de las visiones extravagantes de Schumann, explorando con gran sutileza el nuevo mundo sonoro propuesto por Scriabin.
Between the extraordinary refinement of the playing and the consistently thrilling direction of Andris Nelsons, the evening was a casually flawless illustration of how the best concerts invariably arise from the simple pairing of great pieces with great musicians
Igor Levit ofrece un pianismo total.Busca sobre todo la épica, la obra de gran tamaño.El desafío, como siempre, es extremo.En sus manos, la hora y 20 minutos de duración previstos (sin pausas), parecen transcurrir en solo 30 vueltas de la aguja del cronómetro.
Levit siente el swing y lo acompaña tímidamente con su torso ante el teclado, pero no se atreve a lanzarse como lo hace un aguerrido pianista de jazz.Pierde la oportunidad y esto es tanto más lamentable cuanto que la Orchestre de Paris demuestra competentemente cómo hacerlo.
De la mano de Krichel uno reconoce en “Cuadros de una exposición“ todo de inmediato: los niños riñendo, después de jugar;el viejo castillo con sus altas bóvedas;las mujeres parloteando en el mercado;un carro tirado por bueyes que se acerca lentamente;
Midori sigue confirmando esa gracia elegante que la destaca desde su más tierna juventud.Es difícil resistirse a este clima que revela un verdadero clasicismo y una armoniosa transparencia.El Larghetto contiene la poesía que reclama en su atmósfera romántica;
Para algunos, la música de Glass es monótona;para los entusiastas del minimalismo, puede ser hipnótica;y lo es, la platea entra verdaderamente en trance oyéndola y dejándose capturar por ella.
En «One and Others» Volpi crea un mundo misterioso, protegido apenas por un fino telón de malla transparente, en el que cinco parejas de bailarinas y bailarines se buscan y se encuentran, en el que existen como colectivo, y en el que al mismo tiempo trabajan para ser algo singular.