Behle y la Borusan Istanbul Philharmonic Orchestra ofrecen una versión preciosa de 'Morgen' de Strauss, que convierte este número en uno de los más atractivos del disco
En el caso de esta 'Salomé' me siento en un mar de dudas, quedando dos opciones: o no escribir nada, o escribir todas mis dudas con la más abierta sinceridad
Von Hoffmannstahl ha puesto en boca de Elektra un vocabulario frondosamente freudiano que debe ser gesticulado con intención bien sincronizada con el fraseo.De lo contrario, Elektra queda reducida a una loca gritona, como ocurrió en esta oportunidad.
Schreker no seguía ninguna escuela, sino que él mismo personificaba una, y si se le hubiera dado un nombre, podría haberse llamado Escuela Ecléctica.Schreker simplemente hacía lo que quería, radicalmente fuera de lo convencional.
Hay obras musicales que casi no precisan escenografías para despertar al instante la imaginación de los espectadores, como demuestra Manuel Schmitt en su producción de Salomé.
¿Puede 'Salomé' constituir un escándalo hoy en día, entrado ya el siglo XXI?Todo depende del grado de visibilidad que la dirección de escena quiera dar al componente sexual presente en la obra.Porque 'Salomé' gira en torno a dos polos: el deseo femenino de Salomé y el deseo masculino de Herodes.
Una producción escénica bastante fría y arbitraria que recibió una mezcla de abucheos y aplausos.El telón transparente estuvo siempre bajado aunque no hubiera proyecciones, por lo que todo lo que se visualiza en la escena resulta un tanto apagado, como visto a través de un velo que difumina ciertas luces y aristas, pero que también provoca una inevitable sensación de alejamiento y desconexión: es como si viéramos la tragedia de Salomé en una vieja película rescatada de algún recóndito archivo.
Atronadoras ovaciones al final para lo que debe considerarse una versión deslumbrante de esta obra tremendamente exigente;a la altura de cualquier teatro internacional y bastante por encima de lo que se ve habitualmente en los escenarios madrileños propiamente dedicados a la ópera –esto es tan cierto como irónico.
Ofrecida sin pausas, los distintos puñetazos que autor de música y texto asestan con gran oportunidad y sentido quedan un tanto ‘adormecidos’, y eso porque los compositores y libretistas en general calculaban muy bien los tiempos (no descubro yo que el tiempo psicológico no es sinónimo del físico)
Las cosas populares son, en primer lugar, producidas en masa y, en segundo lugar, sirven al placer.Más concretamente, porque las cosas se producen en masa, nos entretienen, nos divertimos con ellas y lo pasamos bien.