Plácido Domingo ya no es un cantante, es una institución venerable y admirada.Su presencia escénica es igual de convincente que en el pasado.Como una noche con la luna asomando fugazmente entre las nubes, su voz se ilumina de vez en cuando con destellos de un viejo esplendor.
Los registros de Karajan y Böhm debían competir con el pionero de Solti para Decca;poca cosa se sabía entonces de Swarowski o de Furtwängler;menos todavía de Krauss, Keilberth o Knappertsbusch.El registro de Böhm tuvo siempre grandes atractivos: original de Bayreuth, con los grandes intérpretes de la casa y una presentación ciertamente atractiva, ya fuera en las cuatro cajas individuales o en la enorme caja roja.
Grigorian es Grigorian y difícil no lagrimear frente a su mezcla de ansiedad y premonición con que canta su plegaria por su bebé que, ignora, está siendo asesinado mientras ella reza por su vida y su seguridad.
La clave del Otello de Verdi para Niermeyer es concebirlo como una psicodrama con alma de gran hermano, en el que la trama entre los dos personajes principales es fruto de un seguimiento continuo en aras de entender la personalidad de cada uno.
Mientras Anja Harteros cantaba la canción del sauce yo no podía evitar pensar que cosas así no deberían estar permitidas, no por ella, sino por el público presente, y en concreto, por este pobre cronista, porque ¿qué hago yo ahora?
Es imposible no caer rendido ante Marlis Petersen, una Salome antológica en lo dramático y en lo vocal.Intensidad bien entendida en la interpretación, sensual hasta lo obsceno cuando corresponde.Ni una sombra tampoco en lo vocal, la voz suena carnosa y plena en la zona central y brillante en los agudos, y su triunfo fue absoluto.
Opus Arte ha cogido el único nexo de unión posible para confeccionar un paquete en torno a óperas cuya temática son cuentos infantiles: Hansel y Gretel, La zorrita astuta y Pinocho.La estupenda calidad de las producciones facilita el acercamiento a un producto cuya disparidad podría haber jugado en contra.
De alguna manera, el dilema del personaje de Aquiles en Achille in Sciro, de Francesco Corselli -obra maestra del barroco español que se recuperará en una nueva producción del Teatro Real-, se extiende a toda la temporada 2019-2020: “el dilema que todo hombre experimenta en cierto momento de su vida y que implica elegir entre perseverar en su propio ser (apartado, autosuficiente, estéril para la comunidad) o integrarse en la polis ejecutando una acción útil”, como escribe el filósofo Javier Gomá.
Richard Wagner: El Holandés Errante.George London (Holandés), Leonie Rysanek (Senta), Josef Greindl (Daland), Fritz Uhl (Erik), Res Fischer (Mary), Georg Paskuda (el timonel).Coro y Orquesta del Festival de Bayreuth.
Nagano tiene la habilidad de encontrar las claves para una lectura transparente, siempre plagado de un dramatismo tenso.En esta ocasión, como es habitual en él, exhibe una visión incisiva, sin miedo al contraste, incluso a la violencia, la que surge de la propia música y a la que se entrega totalmente, casi con ebriedad, el Coro y la Orquesta de la Opéra National de Paris.