Radigales opta por un concepto parecido al que en su día utilizara Jordi Pujol: “catalán es quien vive y trabaja en Cataluña”.Por tanto, es ópera catalana la que fue compuesta en Cataluña y para Cataluña, ya sea cantada en español, en catalán o en italiano.
Los grandes nombres de la dirección, la escenografía, el canto y el baile conforman un panorama en el que se combina la tradición con las nuevas propuestas.
Tuve un poca la sensación de que se corría de portento en portento: "¿ Les ha impresionado mi agudo?Pues ahora van a ver mi grave.¿Les impresiona también?Pues ahora van a escuchar nuestras coloraturas", sin remanso ...
El joven director de orquesta italiano Michele Spotti acaba de ser nombrado nuevo director musical del Teatro de Ópera de Marsella y de la Orquesta Filarmónica de Marsella
Don Pasquale No se contará nunca entre los aciertos del polémico director de escena italiano.Se observan más sus tics que sus buenos momentos.A Michieletto hombre de teatro lo exasperan los solos, como a muchos otros de sus colegas, y entonces tiene que poner a alguien o algunos que no se quedan quietos ni un minuto mientras el solista de turno se desgañita.
Pappano tuvo el gesto, en el que creo que era su último concierto como director musical de la institución, de programar tres autores italianos.Uno de los tres días en que se repitió el concierto hubo también otro gesto, esta vez improvisado, del maestro ante la escasez de público en la sala: "Los aplausos para vosotros, que habéis venido.
El barberillo de Lavapiés fue la obra elegida por el Teatro de la Zarzuela para conmemorar en 1994 el centenario de la muerte de Barbieri con una celebrada producción escénica de Calixto Bieito basada en la edición moderna que aquel mismo año publicó el Instituto Complutense de Ciencias Musicales.
Shostakovich no era un activista político en el sentido normal de la palabra.No tenía la ventaja de un análisis científico de lo que ocurría en la Unión Soviética.No tenía ningún partido ni organización que le ayudara.
Cada vez más se observa que varios cantantes parecen no tener idea del repertorio y, peor todavía, de las posibilidades de sus respectivas cuerdas.No sé si los maestros tienen algo que ver, pero encontrarse con un barítono que elige el aria de Fiesco del Simon Boccanegra verdiano bastaría para descalificarlo
Michael Spyres es el protagonista indiscutible de la obra y lleva todo el peso con un aplomo sensacional.Dosifica con sabiduría la exhibición del registro agudo, alternando la voz mixta con la de pecho, y los despliegues de coloratura.