Prigozhin ya se encuentra en Bielorusia según ha informado el presidente Lukashenko.Entretanto, el servicio secreto interior ruso FSB ha cerrado oficialmente la investigación sobre el levantamiento armado de ese grupo mercenario.
De este conflicto han salido varios perdedores, el régimen del presidente Vladimir Putin, que está ahora muy debilitado, y su élite política, así como el propio Prigozhin, quien pese a no ser penado por la insurrección deberá temer por su vida.
Al dar rienda suelta a Prigozhin para crear un ejército privado, Putin permitió expandir las ambiciones políticas del hombre de negocios y renunció al monopolio del Estado sobre el uso de la fuerza.¡Gravísimo error!
Mientras Rusia no cambie de postura, no hay alternativa.La próxima ofensiva no es la última, pero sí es decisiva.La ayuda militar, económica y humanitaria de Occidente decidirá si los ucranianos viven o mueren.
Desde el punto de vista de Moscú, la disuasión no solo se basa en la amenaza de la fuerza o la intimidación, sino también en la voluntad de utilizar una fuerza limitada.Según la definición oficial, tanto los responsables políticos como la población de un Estado enemigo pueden ser los destinatarios de este tipo de disuasión.
El hecho de que Rusia reclame el derecho a proteger a sus propios ciudadanos y compatriotas en el extranjero forma parte, entre otras cosas, de la doctrina militar rusa.Sin embargo, a este respecto, Moscú no se basa en normas y principios internacionales, como el concepto de la Responsabilidad de Proteger, sino en su propia constitución.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, advierte reiteradamente del peligro de una conflagración bélica y casi todos lo critican por histerismo y alarmismo.Los servicios secretos estadounidenses se afanan desde hace días por convencer a los países de la Alianza Atlántica de que Rusia invadirá Ucrania a mediados de semana y los destinatarios del mensaje no se tragan el cuento.
La historia de las interacciones ruso-ucranianas puede contribuir a la comprensión del conflicto actual.Esto incluye el hecho de que muchos no se toman en serio el estado ucraniano independiente, siguen percibiendo a Ucrania como parte de la nación rusa y niegan a los ucranianos su propia lengua, cultura e historia.