Sugestiva me pareció la atmosfera teatral del Teatro Comunale Pavarotti-Freni que parece haber evitado renovaciones intrusivas para mantener su encanto original.La tradicionalidad de los decorados pareció extenderse a la de la sala para así crear un todo casi mágico de integración entre la ficción escénica y la de un público ferviente entronizado en el decorado también de fábula de la sala de butacas.
Sin duda es necesario revisar a los compañeros de ruta de Puccini, quien sin embargo tanto se distinguió de ellos y consiguió imponer casi todas sus producciones frente al olvido en que cayó todo el grupo de la ‘giovane scuola’, a excepción de algunos títulos (las dificultades vocales tienen mucho que ver)
Llegados a los bises se acabó Verdi y apareció Puccini con un ‘E lucevan le stelle’ con todas las exageraciones del verismo de los años cuarenta y cincuenta del siglo pasado.Y luego una canzonetta napolitana que estuvo bien sin competir con ninguna de las interpretaciones de referencia.
Del 3 de agosto al 1 de septiembre muestra una amplia oferta de música y danza, más de 70 eventos entre los que cada cual podrá seleccionar y diseñar su propio festival.
Los grandes nombres de la dirección, la escenografía, el canto y el baile conforman un panorama en el que se combina la tradición con las nuevas propuestas.
Elina Garanca es la Amneris más completa que recuerdo haber visto, no solo por la firmeza, calidez e incisividad de su registro medio sino por la psicología de su personaje
Los responsables musicales y técnicos ofrecieron un espectáculo muy acertado en su conjunto, que mereció la aprobación del público.El nivel vocal de la función fue correcto, sin que nadie desentonara, como ya nos tienen acostumbrados los de Sabadell
¿No sería mejor que pidiéramos a cada intérprete que sea un buen (y si posible excelente) artesano?Que respete las reglas de su arte, que cumpla con la partitura dando todas las notas en buen estado, que cumpla con el libreto respetando el sentido, y que cumpla con una y otro dando emoción.