Discos
Orlando Mineccia
Raúl González Arévalo
Pocos intérpretes barrocos tan inquietos e interesantes como Filippo Mineccia. El contratenor italiano está desarrollando una intensa actividad discográfica con el sello Glossa, con el que ha grabado recitales monográficos dedicados a intérpretes específicos (Siface, l’amor castrato) o compositores concretos como Vinci, Jomelli, Ariosti y Paisiello.
Además ha grabado integrales como Il Bajazet de Gasparini, en la que curiosamente cantaba el mismo personaje, Tamerlano, que en la reciente Il Tamerlano de Vivaldi que comentaba hace poco en estas mismas páginas (Naïve), un grandísimo retrato, a la altura de su Ottone en la Agrippina de Handel.
Dos años después de las arias para castrado de Paisiello, Mineccia vuelve con un monográfico dedicado a una figura icónica de la ópera barroca, Orlando, a través de creaciones bien conocidas como el Orlando furioso de Vivaldi –que le dedicó además su Orlando finto pazzo– o el Orlando de Handel, pero también de otras obras salidas asimismo de la Gerusalemme liberata de Torquato Tasso como el Ariodante del sajón.
Pero, como es norma obligada en estos recitales, también recupera títulos de compositores menos transitados, que están cobrando cada vez más protagonismo como Nicola Porpora (L’Angelica), que siguen siendo raros como Agostino Steffani (Orlando Generoso), o directamente conocidos apenas en los libros e investigaciones académicas, de los que se ofrecen primicias mundiales, como es el caso de Giovanni Battista Mele (Angelica e Medoro, en la línea argumental de Porpora), Georg Christophe Wagenseil (Ariodante, con la trama de la homónima handeliana) y Giuseppe Millico, a quien se atribuye la Angelica e Medoro que cierra el programa.
La locura de amor es un recurso ampliamente que ha dado grandes resultados en la historia de la ópera. Nuestro héroe, enamorado de la princesa pagana Angélica, pierde la cabeza cuando descubre que ella ama a Medoro, lo que sirve de marco dramático perfecto para despliegues dramático-musicales de todo tipo. La variedad de situaciones emocionales –el amor, los celos y la locura del subtítulo de este disco, traducidas vocalmente– requieren en un solo papel un intérprete de grandes recursos. Quienes conozcan completas las óperas de Handel y Porpora lo tendrán bien presente. Pero si además abordas un recital monográfico con los mejores números de cada ópera, con compositores con estilos muy marcados, de Handel a Vivaldi pasando por Porpora y Steffani, por quedarnos en los nombres más conocidos, entonces el desafío interpretativo es mayúsculo. Además, es necesario un dominio estilístico importante porque los parámetros cambiaron mucho en el siglo que media entre Steffani y Millico, cuyas tres piezas son tal vez lo más interesante de las primicias, con una capacidad melódica y una profundidad más que notables.
Filippo Mineccia es uno de los pocos nombres que se me ocurren para salir triunfante de semejante reto. La voz tiene el punto ácido de siempre, especialmente en el extremo agudo, pero el intérprete es hábil al traducir los sonidos con intención teatral, en este caso el sufrimiento del personaje, como revela la escucha del lamento “Sol da te, mio dolce amore”. El grave aparece más sólido que en anteriores ocasiones, bien saldado con el resto de registros. Y el control de la coloratura es completo, del trino a las largas frases con agilidades. Para muestra, la siempre temible “Nel profondo cieco mondo”. El dominio de la prosodia italiana –se nota la cuna florentina– luce magnífico en el aria de la locura handeliana, “Ah, stigie larve!”. Aunque es un papel tradicionalmente dominado por mezzosopranos, contratenores como Bejun Mehta han puesto de manifiesto lo que también son capaces de sacar los contratenores. Ahora el italiano se postula como candidato firme a tener en cuenta. En otros como Polinesso, escrito para contralto (aquí el poderío de Ewa Podles es imbatible) supera el recuerdo pionero de James Bowman con una voz más cálida y vibrada y, sobre todo, un acento más partícipe y logrado.
En esta ocasión el cantante colabora por primer vez con el conjunto historicista español The New Baroque Times, orquesta residente en el Instituto Cervantes de Bruselas, dirigida por Pablo García. Se trata de una formación de reciente creación, que está despegando y realiza un buen trabajo, tanto acompañando la voz como e n las sinfonías de Steffani, Handel y Millico. Ya han anunciado que trabajan en otro proyecto conjunto. Hasta que llegue, este constituye una estupenda carta de presentación.
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