Donde Gardiner se lució de verdad fue en esa 'España' de Chabrier, verdadero monumento a la jota.A la Filarmónica de Radio Francia poco hay que explicarle sobre música francesa.Gardiner supo llevarla también hacia el ritmo implacable y un punto bestia de la música popular española
En la partitura de Phryné, la sabiduría compositiva de Saint-Saëns se disfraza de aparente ligereza.Todo queda envuelto en una elegante ironía, y si la obligada influencia offenbachiana es patente en ciertos pasajes, nada queda de la acidez de las primeras operetas de Hervé y Offenbach.
La recuperación de ‘Hulda’ de Franck, más de ciento treinta años después, era ya un aliciente mayor para todo melómano curioso.Y corriendo la resurrección a cargo del Palazzetto Bru-Zane, que tantas satisfacciones da a los amantes de la música francesa de 1780 a 1920, la expectación era todavía mayor.
Una verdadera delicia para los amantes del canto y de la música en general.Los registros van de 1950 (Paul Schöffler) a 2010 (Joseph Calleja).Hasta el CD 37 llevan todos un Bonus que complementa el disco original, de menor duración.
Michael Spyres es el protagonista indiscutible de la obra y lleva todo el peso con un aplomo sensacional.Dosifica con sabiduría la exhibición del registro agudo, alternando la voz mixta con la de pecho, y los despliegues de coloratura.
Este año se conmemora el 75 aniversario de la fundación de la Orquesta Philharmonia de Londres, y Warner Classics ha desempolvado de los archivos de EMI una serie de grabaciones bien escogidas de la Philharmonia en una caja de 24 discos compactos, bajo el título «Philarmonia Orchestra, Birth of a Legend».
La lengua empleada es altamente poética y se atiene al estilo de la novela.Se trata de una excelente traslación de una novela a un libreto.Y como "L'île du Rêve" es una ópera, hay ciertas modificaciones que incrementan el dramatismo, la más notable de las cuales es la muy operística desesperación de los amantes en vísperas de su forzosa separación.
Lo único que he conseguido fue que Andrés se colocase en ventajosas condiciones de defender la vida con menos sacrificio y más sosiego, rodeándolo de elementos seguros de porvenir para que este no sea tan accidentado y pavoroso como hoy es el mío.
Ofelia tiene en la ópera de Thomas un protagonismo del que carece en la obra de Shakespeare y Sabine Devieilhe no teme la comparación con nadie: su personaje no está trastornado desde el principio, de modo que permite ver mejor en qué medida Hamlet es desencadenante de su demencia.