Si existe algo así como la voz o el canto verdiano, su más alto representante fue Tézier, cosa que no sorprende habiéndole visto ya el papel en otras ocasiones.Pero esta vez fue la mejor de todas y su gran recitativo, aria y cabaletta del tercer acto casi interrumpe la función
Esas banderas y ese ‘viva Verdi’ disparatados del tercer acto más las carreras que se pegan los soldados son de una ridiculez extrema, de la que ni música ni texto son culpables
Dos funciones en forma de concierto un tanto extraña, ya que ha habido buenas luces y una especie de ‘decorado’ en forma de velos que iban cambiando de colores.Los personajes, vestidos con atuendo de estricto concierto, entraban y salían, e interactuaban de modo sobresaliente
La ópera en Tarragona no es flor de un día sino un jardín que va floreciendo;esta vez, con un bello ramillete de camelias.Pero al jardín hay que regarlo, abonarlo y protegerlo;y vigilar a los jardineros, léase administraciones, para que no descuiden su deber
Verdi ya había demostrado su afición al (más o menos ‘nuevo’) registro de barítono y el protagonista, teóricamente de 84 años, es una de esas grandes figuras de padre-magistrado que encontrarán su culminación soberbia y definitiva en la figura de otro ‘doge’, pero de Génova, en su futuro Boccanegra
El prólogo y los actos no terminan donde Verdi puso la última nota, sino donde Bieito pone el oscuro.Y es que no se trata de una representación operística (‘Qué vulgaridad’) sino de una obra de arte total, ‘teatralomusicalovideística’, en la que el vídeo está omnipresente.
El elenco, como el Coro, hizo un muy buen trabajo, sin excepciones.Esa robustez en el elenco, una escena apasionante, una dirección y un foso sobresalientes han reafirmado la capacidad de 'Rigoletto' para abordar temas imperecederos y despertar emociones profundas y perdurables.
'Simon Boccanegra' es endiabladamente difícil.Y es extraña: además del conflicto público-privado hay ‘sólo’ tres grandes arias, dos ‘relatos’ o monólogos breves para la copia en negativo del protagonista, también barítono (claro embrión del futuro Jago), y una dificultad constante en la partitura por los cambios de ritmo y dinámica que presenta.
La versión de Stone convierte a Violetta en una ‘influencer’ en las redes sociales, que muestra públicamente la más mínima de sus actividades personales, que atrae todas las miradas y despierta una fascinación instantánea
Tézier pertenece por derecho propio a los grandes intérpretes del rol de Rigoletto, y por lo mismo tiene derecho a la consideración de gran cantante.Canta lo que Verdi escribió y, dentro de lo escrito, encuentra acentos, palabras, frases que destacar sin quebrar ni un momento la línea de canto, sin respirar cuando no debe para provocar luego impacto con una explosión.