Considero que en buena parte el éxito de los solistas se debe al mimo y a la inteligencia con que el director los trató, escogiendo los tempi que se adaptaran a sus voces, creando las atmósferas sonoras necesarias a sus arias de lucimiento.
Meyerbeer fue uno de los grandes, como Beethoven, Verdi y Mozart, que lo siguen siendo.A Meyerbeer le pasó lo que a otros, que desaparecieron de los programas, o que vieron reducida su producción a dos o tres óperas.
Sus semblantes, aunque blancos como la nieve, son juvenilmente hermosos, ríen tan inquietantemente alegres, tan inquietantemente amables, asienten tan misteriosamente lujuriosos, tan prometedores, estas bacantes muertas son irresistibles.
Para nosotros, habituados a la versión de la Scala, esta primera versión de 'Simon Boccanegra' resulta extraña, muy extraña.En mi caso, el contacto con este 'Simon' fue análogo a la de aquellos sueños en los que uno reconoce objetos, situaciones muy familiares, pero dentro de contextos impensados.
Garattini Raimondi inserta a Mahatma Gandhi (Rudy Goddin) como un observador silencioso que, en cierto modo, extrae de la historia la motivación para sus posteriores enseñanzas.En el proceso, su papel se duplica.
De suerte que, con todos los pequeños y peros señalados en intérpretes o director de escena, y gracias sobre todo a los enormes aciertos, el público vibra con la música y con la acción.Y uno sale con la sensación de que esa es la vía para la recuperación de uno de los músicos más valiosos del XIX, don Carlos Gounod
'La Vestale' es uno de los más claros ejemplos de cómo Arte y Política suelen ir de la mano.Porque sin el apoyo determinado de la emperatriz Josefina, esta obra maestra problemente no hubiese nunca visto la luz y Spontini no hubiese nunca hecho carrera.
Una verdadera delicia para los amantes del canto y de la música en general.Los registros van de 1950 (Paul Schöffler) a 2010 (Joseph Calleja).Hasta el CD 37 llevan todos un Bonus que complementa el disco original, de menor duración.
'Les Vêpres Siciliennes' allowed Mr Py to present a vast canvas of oppression and resistance.With the addition of several great vocal performances and the taut musical direction of Enrique Mazzola, the production turned Verdi’s most conspicuous attempt to adapt his style to Parisian tastes into an engaging spectacle