Petrushka es una obra fundamental, de ruptura y de opción radical sobre el futuro.Edward Gardner subraya hasta qué punto el trazo es limpio, centrado en el timbre, casi dando la espalda a la melodía en beneficio del ritmo.
Sin duda es necesario revisar a los compañeros de ruta de Puccini, quien sin embargo tanto se distinguió de ellos y consiguió imponer casi todas sus producciones frente al olvido en que cayó todo el grupo de la ‘giovane scuola’, a excepción de algunos títulos (las dificultades vocales tienen mucho que ver)
La música de Cárdenas no denota amargura, sino valentía, audacia y una visión más positiva del mundo y de la vida, de la que ella sugiere en sus palabras.Más énfasis en la esperanza que en la desesperanza;
El conflicto sobre Gaza está ganando importancia principalmente por su potencial de escalada regional, sin que se trate, pese a todo el dramatismo de los acontecimientos, de un simple episodio del conflicto entre palestinos e israelíes limitado al pequeño territorio del Mandato Palestino.
Con una gestualidad desbordante, Andrew Grams guio a la orquesta con maestría y consiguió un sonido muy cuidado en la cuerda, con dinámicas bien graduadas.
Katharina Thoma concibe La mujer sin sombra como un conmovedor cuento de hadas artístico, que llama al sentido de la responsabilidad social e individual, y al mismo tiempo como un drama sobrecogedor.
Michieletto dice en el programa de mano que ‘la embajada es un lugar anónimo que no inspira una fantasía’.Un banco tampoco suele inspirar mayor fantasía que una embajada y ciertamente no lo logró en esta puesta en escena donde se quiso dar vitalidad a través de la modernización de los diálogos y de la danza.